El Impacto del COVID-19 en la salud mental

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Como efecto de la pandemia del Covid-19, es previsible que haya un agravamiento de la salud psicológica en toda la población, avanzando en 1 a 3 grados de ansiedad, dependiendo de los recursos emocionales con que cada persona cuente o de la carencia de ellos y del avance en el número de días de la contingencia sanitaria.

La situación de alarma generada por el COVID-19 ha supuesto una emergencia sanitaria con medidas políticas sin precedentes en todo el mundo. Los efectos a nivel socioeconómico derivados de la misma son varios, incluyendo un inevitable detrimento de nuestra salud psicológica, que tanto a corto como a largo plazo deberá ser abordado por el propio sistema sanitario. Estos efectos pueden ser aún mayores en grupos vulnerables (personas de mayor edad), en personas que se ven sometidas a mayores situaciones de estrés (contagiados, profesionales sanitarios…) y/o aquellos previamente estigmatizados (por ejemplo, personas con un diagnóstico previo de salud mental o grupos racializados).

Con esta introducción, se presenta el informe “Estudio del impacto psicológico derivado del COVID-19 en la población española (PSI-COVID-19)”, un documento donde se recogen los datos preliminares del estudio que lleva este mismo nombre, emprendido por la Cátedra extraordinaria UCM–Grupo 5 Contra el Estigma (espacio de investigación, comunicación y difusión de los conocimientos científicos, que trabaja para mejorar la lucha contra el estigma en nuestra sociedad mediante la investigación, la formación, la transferencia de conocimiento y el uso de estrategias medioambientales y culturales), con el fin de conocer los efectos psicológicos que la situación de alarma y el confinamiento producidos por el COVID-19 han tenido sobre distintas variables psicológicas.

Tal y como señalan sus autores, si bien es evidente el impacto de la cuarentena sobre la salud psicológica, son escasas las investigaciones llevadas a gran escala con grandes muestras que den cuenta de sus efectos, probablemente debido “a lo anómalo de la situación”. A este respecto, algunos estudios indican que la cuarentena se asocia con un mayor distrés psicológico, síntomas de estrés postraumático, depresión, mayores niveles de estrés, insomnio, irritabilidad y humor bajo, y en líneas generales, con emociones de miedo, nerviosismo, tristeza y culpa.

Dado lo anterior, el presente estudio pretende analizar los efectos de la situación de alarma y la cuarentena sobre 1) la salud psicológica y aparición de sintomatología en la población española, así como grupos específicos de la misma; 2) la soledad; 3) la discriminación interseccional, 4) el apoyo social, 5) la autocompasión y 6) el bienestar, con el objetivo de desarrollar materiales de buenas prácticas enfocadas en el abordaje de este tipo de situaciones que funcione como prevención primaria, secundaria y terciaria de los efectos psicológicos de esta situación y que ayude a paliar las negativas consecuencias que finalmente tendrá sobre el sistema socio-sanitario.

La muestra en la primera evaluación se compone de un total de 3.473 personas, formada por población general y diversos grupos específicos (el único criterio de exclusión ha sido ser menor de 16 años). Se realizarán análisis en tres períodos de tiempo: 21-29 de marzo; 13-20 de abril y al final del confinamiento.

A continuación, presentamos los primeros resultados del estudio, correspondientes al impacto psicológico sobre la población española desde el 21 al 29 de marzo de 2020, es decir, en las primeras semanas de la situación de alarma:

¿Cómo afecta la situación a nuestra salud psicológica?

  • Más de la mitad de las personas entrevistadas (60%) han sentido poco interés o placer en hacer actividades y se han sentido decaídas, deprimidas o sin esperanzas durante varios días. El 15% ha tenido esa sensación más de la mitad de los días.
  • El 70% de las personas revela que, durante algunos días, se han sentido nerviosas, angustiadas o muy tensas y el 55% manifiesta no haber sido capaces de dejar de preocuparse o de controlar la preocupación. Entre el 15 y el 18% ha tenido ansiedad o preocupaciones más de la mitad de los días. El 30% afirma haber tenido un ataque de pánico y el 15% dificultades para dormir durante varios días.
  • Los más jóvenes, con edades entre 18 y 39 años, son quienes presentan más ansiedad, depresión y síntomas somáticos. Los mayores de 60 se muestran más tranquilos y controlan mejor sus emociones.
  • El 45% de los encuestados siente la falta compañía (en el 11% de los casos, es una sensación frecuente), el 37% se han sentido algunas veces aislados de los demás y el 25% manifiesta haberse sentido excluidos, siendo los jóvenes (18-39) los que más soledad han sentido.
  • Un 5% considera que ha sido discriminado o excluido por sus vecinos, amigos, etc. desde que comenzó el COVID-19. Desde el inicio de la pandemia, un 12% cree que las personas que no están en su situación no pueden entenderles y un 8% ha evitado relacionarse con otras personas para no ser rechazado. Las personas más mayores son las que revelan una mayor discriminación.

¿Cómo estamos haciendo frente al confinamiento?

  • Cerca del 75% de las personas afirma haber podido hablar de sus problemas con su familia y amigos/as durante el confinamiento, obteniendo apoyo cuando lo han necesitado. Los mayores niveles de apoyo social percibido son reportados por personas casadas o con pareja de hecho.
  • El 89% de la muestra manifiesta sentirse en paz, el 54% tiene un sentimiento de armonía interior y el 77% cree que su vida tiene sentido. Esta sensación de bienestar es mayor en el grupo de personas de más de 60 años.
  • El 76% considera que en situaciones complicadas (incluyendo la relacionada con el COVID-19) siempre o casi siempre se cuida y se da a sí mismo el cariño necesario. Los datos revelan aquí que los mayores de 60 años son quienes mejor se protegen psicológicamente, frente a las personas de 18 a 39 años, que siguen un menor autocuidado emocional.
  • Dada la complicada situación provocada por el coronavirus, el 96% de los/as encuestados/as intenta regular sus emociones, pero sólo el 60% lo consigue la mayoría de las veces. A la vez, un 65% trata de mantener una visión equilibrada de la situación.

Factores de riesgo y de protección

Los factores estudiados en este informe se relacionan con la situación de alarma y confinamiento vivida del 21 al 29 de marzo de 2020 en relación con la pandemia, por lo que, de acuerdo con sus autores, no serían generalizables a otros momentos o situaciones.

  • Factores de riesgo: ser joven (entre 18 y 39 años), estar solteros y sin pareja, encontrarse en situación de desempleo, presentar problemas de salud mental o psicológicos previos, tener enfermedades pulmonares o cardiovasculares previas, presentar un diagnóstico o síntomas de COVID-19 o familiares diagnosticados.
  • Factores protectores: ser mayor de 60 años, tener o haber tenido pareja sentimental, tener hijos/as a su cargo, trabajando -o teletrabajando-, o jubilado/a, con estudios superiores. Contar con una buena situación económica, disponer de información fiable y suficiente sobre el coronavirus, pero no excesiva.

El informe pone de relieve también una serie de resultados que, a juicio de sus autores, merecen un comentario específico, tales como el hecho de que las mujeres parecen tener un mayor número de problemas relacionados con el estado de ánimo, mientras que los hombres los tienen en mayor medida de ansiedad y post-traumáticos; los sectores profesionales dedicados a los transportes y los cuerpos de seguridad son los que reportan peor estado de ánimo, ansiedad y síntomas de estrés postraumático, mientras que el dedicado a la comunicación revela más síntomas de tipo somático. En este punto, inciden en la importancia de recordar que los sanitarios, si bien ya presentaban niveles elevados de malestar, se encontraban al inicio de la situación y no habían llegado a los niveles de saturación e impacto actuales.

Los autores concluyen señalando que, a medida que se vayan generando datos en este estudio, podrá conocerse en cierto detalle el impacto psicológico que el COVID-19 está teniendo en España, en aras de poder determinar las necesidades psicológicas de la población general, “abordando también la discriminación que pueden sufrir algunas personas en situaciones de alarma sanitaria” (personas mayores, con problemas psicológicos, personas racializadas, con bajos recursos, personal sanitario, o aquellas infectadas por el coronavirus).

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