“Decidí ser enfermero porque desde esta profesión puedo reestablecer salud a las personas, servir a la humanidad”, comenta Wilmar mientras baja del vehículo que lo ha trasladado desde el centro de sanidad a un punto de vacunación comunitario. Él y su equipo son los encargados de aplicar las dosis que brindarán inmunidad a decenas de personas en una comunidad vulnerable, al oeste de Caracas.
“Desde hace seis años ejerzo la profesión, primero estuve asignado a la red hospitalaria y ahora trabajo para brindar atención directamente en las comunidades. Me motiva apoyar a las personas en las zonas más vulnerables; orientarles, escucharlos. Todos los profesionales de salud del país estamos haciendo historia durante esta pandemia. Llevamos ocho meses dando lo mejor de nosotros, tanto en los centros de salud como en la comunidad”, dice.
Para Wilmar, la jornada comienza muy temprano, antes de las siete de la mañana, con la evaluación del cronograma de jornadas de vacunación establecido durante la pandemia.
“Primero verifico si tenemos vehículo asignado para trasladarnos a las comunidades. UNICEF nos ha apoyado con la capacidad de movilizarnos. También debo chequear que tengamos el material completo, verificar si la zona a la que vamos es de difícil acceso o no, convocar a las comunidades, inmunizarlas… Podemos estar vacunando hasta las cuatro o cinco de la tarde; pero mi día no termina allí, pues en la noche trabajo en los centros de aislamiento para pacientes COVID; allí también debo brindar la atención necesaria para que estos pacientes puedan restablecer su salud”.
A Wilmar no lo ha detenido el temor a la COVID-19. Seguir los protocolos de bioseguridad y estar muy consciente del riesgo de contagio, le ha permitido prestar la atención, cuidando no contraer la enfermedad. Él, como muchos enfermeros y enfermeras, es parte importante de la campaña nacional de vacunación en curso en el país, que se lleva a cabo con el apoyo de UNICEF y OPS. “Es bonito ver cómo te reciben las comunidades. Generalmente, hay un líder comunitario que nos facilita el acceso. Toda la comunidad nos ayuda durante la jornada de vacunación a organizarse en la fila y con los protocolos de protección, nos apoyan en la difusión de información sobre las vacunas que estamos ofreciendo. Nosotros nos sentimos agradecidos con las comunidades”.
En sus jornadas recientes, se han aplicado vacunas conta la polio, sarampión, la rubéola y paratoditits (trivalente viral), fiebre amarilla, anti influenza y toxoide-diftérico-tetánico.
“Las vacunas son importantes porque ofrecen inmunidad frente a tantas bacterias y virus”, reitera Wilmar.
“Por eso, hago un llamado a todos los padres para que lleven a sus hijos a vacunar a los centros de salud, o puntos de vacunación comunitarios, para brindar así el derecho a la salud e inmunización a los niños. Es un acto bonito y gratuito. Gracias a UNICEF podemos contar con el despliegue técnico y profesional para llevar a todos los niños sus vacunas y que así puedan cumplir con éxito su esquema nacional de vacunación”, concluye.
En Venezuela, UNICEF, junto con OPS, en coordinación con las autoridades del país, apoya el programa nacional de inmunización a través de la compra y distribución de vacunas, así como con el fortalecimiento de la cadena de frío para garantizar que las vacunas se conserven a temperaturas correctas, en almacén y durante su traslado.
Además, UNICEF brinda asistencia técnica para elaborar la previsión de necesidades anuales y monitoreo de stocks de vacunas y apoya los esfuerzos nacionales en la logística de movilización de personal de salud durante la jornada de vacunación para alcanzar a los más vulnerables y contribuir así a la reducción de las inequidades de coberturas. También apoya en la difusión de mensajes sobre la importancia de la inmunización en niños, niñas, adolescentes y mujeres embarazadas.